CIRUGÍA ORAL

La cirugía oral incluye todos aquellos procedimientos realizados dentro de la boca para resolver problemas relacionados con la erupción de piezas dentarias, quistes en los maxilares y lesiones mucosas de la encía, entre otros.

Estos procedimientos se realizan de forma cómoda para el paciente con anestesia local para que el postoperatorio se desarrolle de forma confortable disminuyendo las posibles complicaciones.

LA MUELA DEL JUICIO

¿Es necesario extraer la muela del juicio?
A la última muela que erupciona en la boca se le llama muela del juicio por salir en una edad en la que se supone madura el criterio humano y se asientan la apreciación y la cordura. Se le denomina también “la cordal” ya que a los 16 ó 18 años tanto el varón como la hembra alcanzan a ser juiciosos, prudentes, razonables y sensatos.

Existen muchas razones por las cuales los terceros molares necesitan extraerse, así cuando ocupan una posición anormal y erupcionan hacia la mejilla, hacia el paladar o hacia la lengua, también cuando hay una discrepancia con el tamaño del maxilar y mandíbula y ponen en peligro la estabilidad y alineamiento del resto de las piezas dentarias. Está también indicada su extracción cuando inflama permanentemente las encías, produce infecciones, dolor, quistes o altera la articulación de la mandíbula. En la inmensa mayoría de los casos las extracciones se realizan con anestesia local.

Luis Cabeza Ferrer

Sin embargo, existen ciertas contraindicaciones para su extracción, así cuando hay espacio suficiente para la normal erupción, su utilización como pilar para una prótesis, salud general del paciente comprometido y los cordales incluidos asintomáticos en donde el trauma potencial de la cirugía es superior a los beneficios de la extracción.

La exploración visual, radiográfica y la existencia de síntomas clínicos sirven de guía al profesional para decidir si es necesaria su extracción.

Generalmente entre los 16 y los 20 años de edad es el mejor momento para extraer las muelas del juicio, si es preciso, ya que a estas edades la corona de la muela está totalmente calcificada, pero las raíces no se encuentran totalmente desarrolladas y la cicatrización es rápida y sin complicaciones.

Por lo contrario, cuando el paciente es adulto, las raíces están totalmente desarrolladas, el hueso es más denso y las dificultades quirúrgicas aumentan, produciéndose después de la cirugía, dolor, inflamación, cicatrización prolongada y en ocasiones infecciones y “trismus” que es la incapacidad para abrir normalmente la boca.

Un estudio reciente ha demostrado que los deportistas con muelas del juicio incluidas corren un riesgo cuatro veces mayor de sufrir una fractura de mandíbula durante las competiciones.